La noche del sábado 30 de abril tenía que haber actuado en Casa Felipe Bar (Martorell). El local es una pizzería que programa conciertos de pequeño formato y monologuistas acompañando la cena los fines de semana. He dicho "tenía" porque el concierto no pudo celebrarse en su totalidad pues en la sexta canción el dueño del local me pidió que dejara de tocar.
Después de llevar sin tocar en directo varios meses debido al trabajo, tenía ganas de concierto y de hacer algo diferente. Unas semanas antes de acudir al lugar estuve echando un vistazo a los artistas que habían actuado y al tipo de público que suele ir. Decidí preparar un repertorio diferente; canciones de medio tiempo o lentas, y también varias versiones. Nada invasivo si se trataba de acompañar la comida.
Una de las cosas que me llamó la atención al llegar fue que no había ningún cartel anunciando el concierto y sí lo había de otros artistas. Tampoco vi nada en las redes. Es algo que nunca he acabado de entender, sobre todo cuando yo mismo se lo mandé un par de semanas antes. También me sorprendió que me hiciera tocar a un volumen inaudible durante el concierto y, sin embargo, los televisores estuvieron atronando antes y después del pase. Para mas inri, el dueño me preguntó si sólo cantaba en "español". Digo esto porque cuando llegué había una mesa en la terraza donde unos tipos cantaban algo de flamenco quedamente, y otra mesa donde un joven y un señor algo más mayor hablaban de pelota vasca. Es más, durante el concierto hubo una mujer vestida con traje de faralaes sentada delante de mi.
Bien, el caso es que el pase dio inicio. Apenas podía oírme porque el volumen era algo bajo, aún así he visto un par de videos y el sonido era bueno. A la sexta canción se acercó el dueño y me dijo que acabara el concierto. Estaba en su casa y, como quien paga manda, dejé de tocar. Me acerqué a los colegas que habían venido a verme para decirles que tenía que acabar el pase, luego empecé a recoger los trastos. Mientras los televisores volvían a atronar con la banda sonora de 'Ghost' y 'Nueve semanas y media'. Al acabar me acerqué a buscar la minuta. El dueño tuvo un feo gesto al entrar en disgresiones sobre mi profesionalidad y mi música sin venir a cuento, todo para justificar no tener que pagarme la minuta que él mismo estableció cuando acordamos una fecha. Además, volvió a insistir en el tema de la lengua, y añadió que su público quería escuchar cosas en inglés. En fin, que si me dicen que iba a tocar en Sheffield o Birmingham habría llevado algo en la lengua de Dickens por mera cortesía pero, ¿en Martorell?
Las canciones que tuve tiempo de interpretar fueron: 01-Mi vida no es un musical 02-Ahora sé (Bruno Lomás) 03-Loco por el fútbol 04-Esta vida va a acabar conmigo 05-Haciendo el indio 06-Bingo 07-Hay que matar a un cantautor.
Aprovecho para dar las gracias a Miguel, Sergi y Javi por pasar a ver el concierto.
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