La noche del lunes 4 de marzo actué en la Gran Bodega Saltó (c./ Blesa, 36) en Barcelona. El local es muy bonito, una antigua bodega que conserva sus grandes botas y toneles de vino a granel. Se programan conciertos de pequeño formato los lunes, martes y miércoles. Volví a contar con el acompañamiento del guitarrista, Sergio "El Sangre". Si alguno de los pueblos del mundo que padece sequía lee estas líneas, puede llamarme para paliarla. Ha sido mala suerte que estos tres últimos conciertos hayan coincidido con días de mucha lluvia. Aún así, ayer hubo alrededor de una quincena de personas. En fin, mentiría si dijera que me preocupa mucho si hay gente o no. Lo que empieza a preocuparme es que, al final de los conciertos, nadie suele acercarse a decirme si le ha gustado la música y no hablemos ya, de comprar algún cd (y eso que los vendo a 5 euros). No me preocupa la música porque el repertorio es el mejor que he tocado nunca y Sergio es suficiente gran músico como para saber que, toque lo que toque, sonará bien. Anoche, las canciones sonaron incluso mejor que el concierto en el Bar Knaya.
El repertorio que interpretamos fue el siguiente: 01-Mi vida no es un musical 02-Loco por el fútbol 03-Todo está fatal 04-Sofia 05-Dinero 06-Hay que matar a un cantautor 07-El amor es una puta mierda 08-Macho alfa 09-Mi novia era nazi 10-Elvis ha dejado el edificio.
Quiero dar las gracias a Maite y Tigre por su atención durante el concierto y a Nu. K. por las fotos.
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